Siempre hay dÃas en que no quiero saberlo, dÃas que regreso allá
Caen miles de cristales, caen piezas de ajedrez, cae el frÃo y temporales, y me reconecto
No recuerdo, he intentado retenerlo, algo se lesiona en mÃ
Todo era remolinos, todo nuevo y sin vivir, con retumbos al oÃdo, pude resolverlo
Mundo cruel que nos lanzas a la vida con la fuerza de un cañón
Y que marcas las distancias permitidas, pides pruebas de valor
Hasta que yendo por el agujero me sostienen del talón
Y despierto aliviado como el niño sobre su elefante
Son impulsos desde el infinito – la fortuna
Es la nube que cubre de sombras y envejece
Son las náuseas de ver el final retratarse